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lunes, 11 de julio de 2011

¿Quién puede con tanto olvido?


Se puede con tanto olvido? Cómo puede alguien imaginar que se puede vivir con tanta indiferencia y abandono. Después de llegar a Araya desde Cumaná, por carretera, una vía que a estas alturas del nuevo milenio lo que da es vergüenza, no se llena uno mas que de indignación y pena ajena.
Por refenrecia sabemos que "Araya es árida y seca, es además mundialmente famosa por sus salinas y posee un gran potencial turístico gracias a sus hermosas playas y a la antigua fortaleza española ubicada a orillas de sus playas", pero todo ello no ha sido aprovechado para su desarrollo y menos para garantizar un mejor nivel de vida de sus pobladores.
En el recorrido después de salir de Cariaco-Chiguana, ya rumbo a Araya, la naturaleza ciertamente es generosa, nos regala paisajes hermosos, vistas maravillosas únicas en el mundo,  pero en el camino se va uno encontranto con pueblos tristes o "tristes pueblos", a los que los gobernantes de turno los han sumido en la negligencia e indolencia de sus gestiones.
Son pueblitos desolados, con carreteras de tierras, casitas con techos de zinc, donde el sol es inclemente donde la miseria se te presenta cruda y sólo te preguntas...Y en tantos años de gobiernos democraticos aqui que han hecho? Ahora, cuando el gobierno es el pueblo, qué ha pasado, por qué está la Península tan abandonada?.
Chacopata, Caimancito, Taguapire, Guamache, El Rincón, Manicuare presentan las mismas caras de hace años, pareciera que muy poco le importa a los gobernantes la calidad de vida de esta gente, con algunas excepciones nos encontramos con Guayacan, un poblado que gracias a acciones de líderes de la época como Franscico Salazar cuentan con una infraestructura comunitaria que ya empizaa sentir el descuido de los gobiernos de turno, El Rincón, también presentan una leve mejoría en comparación con sus vecinos y por supuesto Araya, donde se han concentrado los esfuerzos gubernamentales pero sin satisfacer la demanda de la mayoría.
Señores nadie puede con tanto olvido, ni indiferencia. Una Península que en sus mejores tiempos dio desde sus entrañas todo lo que podía a esta nación y que ahora por la imprevisión de este gobierno esta sumida en el abandono, reclama a gritos la atención de sus hijos y coterráneos, tiene unos paisajes maravillosos para ofrecer y garantizar sendos proyectos turísticos que redundarían en el desarrollo de una Península próspera para el bienestar de sus habitantes y por supueso que la recuperación de sus salinas es un punto de honor.
Pueblo Peninsular, Despierta y Reacciona. Y a los nuevos políticos hagan política por y para el beneficio del colectivo.



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